El acoso laboral – también denominado ‘mobbing’- son las acciones hostiles y asalto psicológico por parte de un usuario o varios hacia un personal sanitario. 

Estos comportamientos se dan en la sociedad desde hace veinte años. Sin embargo, en la enfermería se siguen dando estos casos de manera recurrente, lo cual hace que afecten a los profesionales que lo sufren y a los compañeros que observan y no hacen nada para detenerlo.

Las víctimas que sufren este tipo de acoso laboral tienen consecuencias graves que se visualizan en su saludo. Puede provocar estrés extremo, insatisfacción laboral, bajo rendimiento en el trabajo, baja autoestima y enfermedades psicosomáticas y/o físicas.

Este concepto es descrito en la profesión de enfermería como ‘violencia horizontal’. Ha sido definida por la International Council of Nurses como un comportamiento el cual degrada, falta a la dignidad y humilla a la persona en concreto.

Un hospital psiquiátrico de Noruega realizó un estudio a 99 enfermeros y auxiliares de enfermería.  En el mismo se demuestra que un 10% de los profesionales ha sentido intimidación con el trabajo. Esto se liga posteriormente a poder sufrir el síndrome burnout y a alteraciones psicológicas. Por otro lado, un 30% de las enfermeras admitieron que el principal motivo por el que se pidieron la baja fue porque habían sufrido acosos entre sus compañeros.

Un estudio de las Islas Baleares demostraba que una de cada cinco enfermeras percibía que estaba siendo acosada en el trabajo por sus compañeros. 

La mayoría de los comportamientos que utilizan los abusadores en el acoso laboral están basados en ejercer una presión indebida en la ejecución de tareas, crear vacío y exclusión, insultos y comentarios ofensivos hacia la víctima.

 

Soluciones frente al acoso laboral

Sin embargo, aunque son muchas las acciones que se realizan para que esto no suceda, aún se siguen buscando soluciones para acabar con el acoso laboral que sufren los enfermeros. Para ello, se necesita la intervención de altas esferas que ayuden en la supervisión del trato que reciben estos profesionales de la salud.

Una forma de evitar estos comportamientos sería establecer medidas estratégicas que las prevengan y contengan esta violencia. También es óptimo la revisión de forma permanente de los canales de comunicación entre el personal sanitario. De esta forma, se puede lograr que no se produzcan estas situaciones de acoso laboral y se puede lograr más fluidez en los mensajes y evitar una desacreditación a la persona afectada.