¿Recuerdas los veranos agobiantes de los últimos años? Pues podrían convertirse en un simple entrenamiento para lo que viene. Según un nuevo informe del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, publicado en The Lancet Public Health, las muertes por calor en Europa podrían dispararse de forma dramática hasta triplicarse en las próximas décadas.
Y no, no estamos hablando de un futuro apocalíptico lejano ni de películas de ciencia ficción: este escenario puede cumplirse antes de que termine este siglo si no se refuerzan de forma urgente las políticas climáticas actuales.
El estudio modeliza un futuro en el que el calentamiento global alcanza los 3ºC —una proyección nada descabellada con las políticas actuales—. El resultado es demoledor: las muertes por calor pasarían de 43.729 al año a un total estimado de 128.809 en Europa hacia finales de siglo.
Y lo peor es que las regiones del sur, como España, Italia o Grecia, serán las más golpeadas por esta ola de mortalidad térmica. El calor se convertirá en el asesino silencioso de la población más vulnerable: personas mayores, enfermos crónicos y quienes no puedan protegerse del calor extremo.
El envejecimiento de la población agrava todavía más el panorama. Cada año hay más personas mayores en el continente, y son precisamente ellos quienes tienen más riesgo de morir por temperaturas extremas. El estudio subraya que el aumento de la esperanza de vida podría ser un factor multiplicador de esta tragedia sanitaria si no se actúa a tiempo.
Curiosamente, las muertes por frío —que hoy superan con creces a las causadas por calor— apenas disminuirán ligeramente, pasando de unas 364.000 a 334.000. Esto significa que la proporción de fallecimientos por calor aumentará de forma brutal, hasta convertirse en una de las principales amenazas de salud pública del continente.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron 1.368 regiones de 30 países europeos, cruzando datos epidemiológicos, socioeconómicos y climáticos. Este trabajo permite detectar los puntos calientes del futuro, donde la mortalidad relacionada con el calor será especialmente alarmante.
Los autores del estudio hacen un llamamiento urgente para que se tomen medidas drásticas para frenar el calentamiento global, aseguran que la crisis climática se puede convertir en una crisis sanitaria sin precedentes.
Porque ser profesional sanitario no es sólo aprobar una oposición: es estar un paso por delante de lo que está por venir.
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