Actuación Ante Agresiones

En algunas ocasiones el personal sanitario puede encontrarse en situaciones incómodas en las que perciben que pueden sufrir una posible agresión. Como es normal, ante situaciones con este carácter muchas veces no sabemos qué hacer o decir y nos bloqueamos. Sin embargo, los sanitarios deben estar preparados para ello. Si perciben que pueden sufrir una agresión, deben hacer uso de los sistemas de seguridad que se encuentren en el centro o avisar a sus compañeros para darles a conocer la situación y que les ayuden. La manera de actuar frente a una agresión es la siguiente:
  1. Protegerse y proteger a las personas que les rodean.
  2. Avisar de lo sucedido y pedir ayuda.
  3. En caso de que haya afectados con lesiones físicas o psicológicas, hay que socorrerlos.
  4. Tras la agresión hay que acordonar la zona y no mover ni tocar ningún objeto que se encuentre en ella hasta que lleguen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
  5. Recabar toda la información posible, tanto del agresor como de posibles testigos, recogiendo también sus datos. Si hay imágenes, se podrá contemplar esta información. En caso de daños o lesiones, pueden grabarse incluso con la cámara del teléfono móvil.
Protocolo de actuación ante una agresión El protocolo de actuación ante una agresión es algo que todo profesional debe conocer para poder estar preparado frente a estas posibles circunstancias. Debemos saber qué hacer y cómo hacerlo, para poder lidiar con la situación de la mejor forma posible.
  1. Alerta a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
Si intentamos disuadir al agresor por no lo conseguimos y continúa la situación violenta o se agrava, debemos llamar rápidamente a las Fuerzas de Seguridad para que se presencien en el lugar de los hechos. Podemos llamar tanto al número de emergencias 112, como a la Policía Nacional -091-, Policía Local -092-, o Guardia Civil -062-. 2. Asistencia Sanitaria Es fundamental que si se produce finalmente la agresión la víctima cuente con atención sanitaria. De esta forma se emite un informe de las lesiones sufridas y el tratamiento necesitado para curarlas. Esto dará lugar a un Parte de Lesiones, el cual facilita la acreditación del tipo y grado de lesiones ante las autoridades judiciales. El servicio sanitario se realizará en el servicio de urgencias dentro de un centro de salud, hospital o mutua de referencia del trabajador que ha sufrido la agresión. 3. Comunicamos el incidente Lo sucedido debe ser comunicado directamente a la dirección del centro donde se produjeron los hechos, así como al Colegio de Enfermería de su localidad. El registro de la agresión y las medidas preventivas al respecto serán efectuados por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales. 4. Denuncia Las personas que estén colegiadas tienen asistencia jurídica. Con ella pueden formalizar la denuncia ante la jurisdicción penal por delito de atentado a la autoridad púbico. Por esto es importante ponerse en contacto con el Colegio y concertar con ellos una cita a la asesoría jurídica. De esta manera, también por seguridad, en la denuncia constará como domicilio del agredido la dirección del Colegio de Enfermería. 5. Cobertura de la Póliza de Responsabilidad Civil Profesional Se ampara bajo esta póliza las agresiones físicas, maltrato, coacción, injurias o conductas vejatorias. La misma se extiende en todo el proceso judicial, incluyendo a Letrados y Procuradores, así como los Peritos que se requieran, e incluso la atención sanitaria y psicológica. 6. Cambio de la adscripción del paciente Tras sufrir la agresión, la víctima podrá solicitar el cambio del paciente y sus acompañantes a otro centro. Si eso no fuera posible, se solicitará a que se adscriba otro enfermero del mismo centro. Medidas preventivas ante conductas agresivas Siempre debemos estar preparados para este tipo de situaciones, por lo tanto, debemos intentar prevenirlas antes de que lleve a cabo la agresión e intentar que las personas no salgan afectadas de la misma. Para ello, debemos de:
  1. Mantener el equilibrio emocional
Tenemos que controlar todos los sentimientos negativos que nos invaden en situación conflictivas. Debemos evitar caer en provocaciones e intentar mantener el control sobre el usuario. 2. Conversación correcta No tenemos que dar un tono brusco, cortante o grosero. De esta forma, intentamos evitar el incremento del conflicto. Explicaremos de forma razonada y comprensiva los motivos por los que no se pueden cumplir las expectativas del usuario. 3. Reorientar la situación Si la tensión aumenta, hay que intentar reorientar la situación. Conduciremos al usuario a un entado de ánimo de tranquilidad que tiene el profesional con nuestras habilidades de comunicación. Dejaremos hablar al usuario para que libre su tensión, manteniendo una escucha activa. Evitaremos gestos y posturas que puedan malinterpretarse como un menosprecio. Reconoceremos las posibles deficiencias que podemos tener nosotros o la organización, lo que suele hacer que la tensión que siente el usuario se relaje. Si el profesional no puede controlar sus emociones, puede mostrar al usuario el malestar que le genera el incidente, lo que puede hacerle reflexionar sobre su conducta. En ningún caso es prudente mencionar que una opción es denunciarlo. 4. Hay que evitar algunas expresiones verbales y no verbales Hay que evitar estilos de comunicación que generen hostilidad (apatía, frialdad, amenazas, coacciones o insultos). Evitar, en todo momento, verbalizarlas. No hay que minimizar la situación, las quejas o los insultos. Evitar la crítica o rechazo a las peticiones que realiza el usuario. No podemos dar una información que no se ajuste a la realidad, como promesas que no podemos cumplir. No debemos tener gestos que se interpreten de manera amenazante u hostil (ponerse de frente en posición frontal, manos en la cabeza, cruzar brazos, señalar con el dedo…).